LAS MANOS DE PERÓN

Y en ese recorrido de odio, se detuvieron una noche, hace 38 años, y arrancaron las manos del general queriendo demostrar que su impunidad se anteponía a nuestros afectos y símbolos.
¡IGNORANTES! No pueden ver que, aunque callen nuestras voces, nos persigan y mancillen y ultrajen Iconos, sólo provocan que el amor florezca, que crezcamos junto al otro y fundamentalmente levantemos la esperanza como bandera irrenunciable.
En estas épocas donde el odio se adueña de discursos y la falta de respeto es la moneda corriente para el que piensa distinto, en 1esta6rsituación donde la crueldad es la filosofía de gobierno, seamos trinchera de empatía y solidaridad.
Prof. Celeste Pérez, Rectora del Instituto de Formación Política del Partido Justicialista de Entre Ríos.