Jueves 01/08/2024
2 DE AGOSTO DE 1914: NACE ANDRÉS FRAMINI
Uno de los hombres de mayor confianza de Perón, fue secretario general de la Asociación Obrera Textil y, en dos oportunidades, integró la conducción ejecutiva de la Confederación General del Trabajo (CGT). En 1962 se convirtió en el primer y único dirigente obrero en ser elegido gobernador, por la provincia de Buenos Aires.
El 2 de agosto de 1914 nacía Andrés Framini, en Villa San Carlos, en el partido bonaerense de Berisso. Fue secretario general de la Asociación Obrera Textil entre 1951-1955 y 1959-1968. En dos oportunidades, 1955 y 1961-1963 integró la conducción ejecutiva de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Era uno de los hombres en los que Juan Perón más confiaba. A tal punto que en un intento destinado a eludir la proscripción, le propuso a Framini ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Con una fórmula en la que él, exiliado en Madrid, lo acompañaría como vice. El fraude impidió a Perón integrar esa fórmula, que tuvo que ser completada por Marcos Anglada. El lema de aquella lista fue “Framini – Anglada, Perón a la Rosada”.
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En 1962 resultó electo gobernador de la provincia de Buenos Aires, convirtiéndose en el primer y único dirigente obrero en la historia del peronismo en alcanzar ese cargo. Presionado por los militares, el gobierno del presidente Arturo Frondizi, desconoció el resultado. De igual manera, el propio Frondizi fue derrocado por un golpe militar pocos días después. En 1999, una ley provincial estableció la validez del triunfo electoral de Framini, reconociéndole la condición de ex gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Al decir de Ernesto Jauretche, en su semblanza “Andrés ‘El Negro’ Framini”, Framini era el hombre sin miedo. Corajudo hasta el extremo de su vida, que arriesgó millares de veces: “Mi mujer decía que era mejor que estuviera preso, porque así estaba más seguro”.
Soportó en la más rigurosa clandestinidad toda la dictadura del ‘76. Lo buscaron hasta debajo de las piedras. Un milagro. En todos los órdenes. Fue un sobreviviente que conservó íntegramente sus convicciones.
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Ni bien fue posible desafiar al régimen se lanzó a participar de encuentros públicos. Emprendía sus charlas advirtiendo:
“Yo no hablo por mí. Por eso, quisiera me permitan sostener ante ustedes un diálogo con la compañera Evita”.
Y empezaba saludándola muy respetuosamente para luego interrogar al imaginado personaje sobre las cuestiones de la actualidad.
Falleció el 9 de mayo de 2001, en circunstancias peculiares. Ese día, con 86 años, Framini asistió a un acto de homenaje a Eva Perón, en el local del sindicato de trabajadores estatales ATE de la CTA, donde pronunció un discurso y presenció la película “Perón, sinfonía del sentimiento”, de Leonardo Favio. En esas circunstancias sufrió un ataque que le causó la muerte inmediata. Sus restos fueron velados en la calle Quito al 3000 e inhumados en el cementerio de la Chacarita.
Era uno de los hombres en los que Juan Perón más confiaba. A tal punto que en un intento destinado a eludir la proscripción, le propuso a Framini ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Con una fórmula en la que él, exiliado en Madrid, lo acompañaría como vice. El fraude impidió a Perón integrar esa fórmula, que tuvo que ser completada por Marcos Anglada. El lema de aquella lista fue “Framini – Anglada, Perón a la Rosada”.
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En 1962 resultó electo gobernador de la provincia de Buenos Aires, convirtiéndose en el primer y único dirigente obrero en la historia del peronismo en alcanzar ese cargo. Presionado por los militares, el gobierno del presidente Arturo Frondizi, desconoció el resultado. De igual manera, el propio Frondizi fue derrocado por un golpe militar pocos días después. En 1999, una ley provincial estableció la validez del triunfo electoral de Framini, reconociéndole la condición de ex gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Al decir de Ernesto Jauretche, en su semblanza “Andrés ‘El Negro’ Framini”, Framini era el hombre sin miedo. Corajudo hasta el extremo de su vida, que arriesgó millares de veces: “Mi mujer decía que era mejor que estuviera preso, porque así estaba más seguro”.
Soportó en la más rigurosa clandestinidad toda la dictadura del ‘76. Lo buscaron hasta debajo de las piedras. Un milagro. En todos los órdenes. Fue un sobreviviente que conservó íntegramente sus convicciones.
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Ni bien fue posible desafiar al régimen se lanzó a participar de encuentros públicos. Emprendía sus charlas advirtiendo:
“Yo no hablo por mí. Por eso, quisiera me permitan sostener ante ustedes un diálogo con la compañera Evita”.
Y empezaba saludándola muy respetuosamente para luego interrogar al imaginado personaje sobre las cuestiones de la actualidad.
Falleció el 9 de mayo de 2001, en circunstancias peculiares. Ese día, con 86 años, Framini asistió a un acto de homenaje a Eva Perón, en el local del sindicato de trabajadores estatales ATE de la CTA, donde pronunció un discurso y presenció la película “Perón, sinfonía del sentimiento”, de Leonardo Favio. En esas circunstancias sufrió un ataque que le causó la muerte inmediata. Sus restos fueron velados en la calle Quito al 3000 e inhumados en el cementerio de la Chacarita.